MAQUINARIA

Llamamos maquinaria de jardín a todas las herramientas grandes y que llevando motor o no, sirven para realizar las tareas de jardín. Son máquinas que además ahorran mucho tiempo y esfuerzo y que te ayudarán a mantener tu jardín limpio y cuidado.

Podemos distinguir entre maquinaria de jardín como tal, forestal y agrícola. En la maquinaria de jardín encontraremos cortasetos, cortacésped o escarificadores. En la categoría de forestal podrás encontrar motosierras y desbrozadoras que te servirán para arreglar los árboles de tu jardín. Por último en maquinaria agrícola encontrarás máquinas como motoazadas que te servirán para preparar la tierra de tu jardín o huerto.

Al elegir maquinaria es importante valorar primero el uso que le vas a dar: no es lo mismo un trabajo ocasional en el jardín que un uso intensivo en el monte. Revisa la potencia y autonomía (gasolina, batería o eléctrica), el peso y la ergonomía para evitar fatiga, y la facilidad de mantenimiento (acceso a recambios, servicio técnico cercano). También conviene comprobar la seguridad (sistemas de frenado, protecciones) y la durabilidad de los materiales. Una buena garantía y el asesoramiento de un distribuidor especializado son claves para una compra acertada.

En una vivienda de campo siempre resulta útil contar con maquinaria básica para el mantenimiento diario. Entre las más recomendadas están: una desbrozadora para limpiar hierba y maleza, una motosierra para cortar leña o podar árboles, un cortacésped si hay zonas de jardín, y una sopladora o aspiradora de hojas para mantener despejados caminos y patios.

Dependiendo del terreno, también puede ser práctica una motoazada para huertos o una hidrolimpiadora para limpiar suelos y herramientas. Tener estas máquinas a mano ahorra tiempo, esfuerzo y mantiene la finca en buen estado.

En el ámbito profesional, la maquinaria debe responder a criterios más exigentes que en un uso doméstico. Lo principal es la potencia y rendimiento continuo, ya que se trabaja durante muchas horas. También son clave la ergonomía y comodidad, que reducen la fatiga del operario, y la resistencia de los materiales, para soportar un uso intensivo. La seguridad es otro punto esencial: sistemas de protección, frenos rápidos y cumplimiento de normativas. Además, conviene valorar el servicio técnico, disponibilidad de recambios y garantía, pues el tiempo de inactividad en un entorno profesional puede implicar grandes pérdidas.